La huelga en México es una institución devaluada debido a que el 97 por ciento de los emplazamientos, son realizados por sindicatos a favor del patrón, destacó el abogado Pablo Franco, ex Secretario de Asuntos Colectivos de la Junta de Conciliación y Arbitraje de la CDMX.
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Por Silvia Arzate y Gabino Jiménez/ MRMT
30 junio 2020
Al participar en la mesa de diálogo virtual “El Derecho de Huelga”, organizada por la plataforma ColaborAndo, afirmó que los paros laborales se ha desvirtuado con los llamados Contratos Colectivos de Protección Patronal, que son firmados por el patrón con un sindicato a espaldas de los trabajadores, intercambiando dinero y prebendas de diverso tipo para conseguir discrecionalidad en el manejo de las relaciones laborales.
Son contratos que no fueron firmados con la participación de aquellos a quienes dice proteger, y únicamente contienen las prestaciones de ley, por tanto en opinión del experto en materia laboral, son contratos inútiles, pues no buscan mejorar las condiciones del trabajador y sí garantizar al patrón la decisión unilateral de cómo se habrán de prestar los servicios y bajo qué condiciones se habrán de prestar.
“Un instrumento tan bondadoso, tan importante históricamente como la huelga se utiliza para enriquecer a unos cuantos dirigentes sindicales, lo que ha terminado lamentablemente devaluando la institución, desprestigiando a la huelga”, subrayó el especialista.
Por eso, explicó, en la mayoría de los emplazamientos a huelga hay desistimiento y no se negocia un contrato colectivo para defender y garantizar los derechos de los trabajadores, en equilibrio de la relación obrero-patronal.
Incluso en los medios de comunicación cuando se había de una huelga, por lo general la nota no es el pliego petitorio, no es la causa de la huelga, sino que se destaca que es una huelga que va a afectar a tantas personas, en el caso de la educación afectará a tantos estudiantes, ejemplificó.
De acuerdo al experto laboralista, Pablo Franco, a la huelga no se le valora como un derecho humano, como un elemento para negociar y lograr que los intereses de ambas partes (patrones y trabajadores) sean equilibrados. Además, la mayoría de las huelgas estallan porque así se le pidió al líder sindical y así convino al empresario para poder eludir sus obligaciones fiscales, civiles y mercantiles.
La suspensión de labores debiera ser para presionar al patrón a cumplir con los derechos de los trabajadores, sin embargo, se hacen para ayudar al empresario a eludir sus obligaciones, explicó el abogado laborista.
“Necesitamos una huelga que sea un movimiento social, un instrumento de autotutela de los trabajadores, donde la representación sindical cumpla la voluntad de los trabajadores para la defensa de sus derechos y también para vigilar que cumplan con sus obligaciones”, indicó.
Pablo Franco, recordó que en la industria textil, a principios este Siglo, la mayoría de las empresas cerraron con la colusión, o con la conformidad de los sindicatos que forzaron a los trabajadores a aceptar indemnizaciones. Quienes se resistieron han tenido y tienen que estar soportando trámites, como sucedió en Textiles Industrias Ocotlán en Jalisco, con el Grupo Saba, que inició en 2007 y a la fecha no se ha podido concluir porque al sindicato no le interesa hacerlo, lo que pretenden es que la planta productiva cierre al menor costo para el patrón, ilustró el abogado.
Por todo eso, la huelga presenta un desgaste, un desprestigio, un despropósito, mencionó el abogado Pablo Franco.
El derecho a huelga debiera ejercerse, consideró, cuando no hay condiciones de diálogo social para lograr un acuerdo, pero la realidad es que prevalece la falta de interés del patrón de mejorar las condiciones de trabajo de sus empleados, además, a la autoridad laboral no le interesa llevar a cabo una auténtica conciliación.
Así la reforma laboral más reciente en 2019, fue cuestionada porque no fue consultada a los trabajadores, lo que ha evitado la legitimación de los contratos colectivos de trabajo y ha favorecido los Contratos Colectivos de Protección Patronal, señaló.
El abogado Pablo Franco, hizo notar que son contratos que sólo contienen las prestaciones de ley, por tanto son contratos inútiles, pues no buscan mejorar las condiciones de los trabajadores.
Precisamente la debilidad de la mayoría de los sindicatos se remite a su origen corporativo, acostumbrados a la tutela del gobierno han venido perdiendo valor como grupos sociales y en los últimos 25 años se ha demostrado su falta de fuerza política, por ejemplo, “ya no tenemos legisladores que impulsen iniciativas de ley a favor de los trabajadores, hay un sector obrero debilitado, apuntó.
Incluso se han dado casos, como el de cierto presidente de una Junta Local que decía: “en asuntos de organismos públicos descentralizados no era posible llevar a cabo una conciliación, porque según él y su sapiencia, si la Junta llamaba a conciliar, el Gobierno estaría admitiendo responsabilidad en el conflicto”.
Sindicalismo débil
En México el sindicalismo es débil al grado de que la negociación colectiva es una excepción y el diálogo social es inexistente, remarcó.
Falta una conciencia de clase. “En este país, qué miedo hablar de lucha de clases, sin embargo, los empresarios van ganando la lucha de clases, sólo interesados en defender sus intereses, sin importar los de los trabajadores. Por eso es que tenemos ese modelo unilateral de contratación de protección patronal”, insistió.
La coyuntura política nos ha llevado a un cambio, no de régimen político, sino a tener a un Presidente de la República con un estilo personal de gobernar, que no coincide, sino que discrepa con los anteriores y que para su elección no necesitó del corporativismo.
Pablo Franco dijo que ojalá los trabajadores puedan ejercitar su derecho a participar en la reforma laboral porque de lo contrario se fortalecerá la unilateralidad campeante de los empresarios.
Lo que se buscaría, consideró el especialista, es retomar el modelo norteamericano, donde el líder debe acreditar que representa realmente a los trabajadores y después tener la autorización de ellos en los contratos colectivos y convenios que se celebren.
Dar voz y voto a trabajadores en la Reforma laboral
“Habrá que ver si desde la política pública se promueve la participación de los trabajadores para que puedan ejercitar sus derechos. A más de un año de la reforma laboral, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social debiera concluir su difusión entre los sectores”, externó.
Hay sindicatos que no participan porque se sienten afectados en sus intereses, así como los empresarios que buscan eludir el cumplimiento de sus obligaciones con los trabajadores, lo que abre la posibilidad a la simulación”, por lo que, urgió a revalorar la coalición para luchar por los derechos de los trabajadores. El sindicalismo tradicional espera a ver cuándo el Jefe del Ejecutivo, les dice: “ahora sí, van a ser mis aliados, pero eso no va a pasar”.
Se requieren sindicatos vigorosos
“Se requiere de sindicatos fuertes y que tengan acción política, porque sindicatos con fuerza política pueden parar reformas”, expuso el abogado laboral.
“En el caso de las huelgas en la Universidad de Chapingo, Notimex y otros, como el sector universitario se han enfrentado a la austeridad y en mi opinión tendrán que asumir una posición política en lugar de buscar ser aliados de un gobierno que con toda la legitimidad que tiene puede empujar cualquier reforma en cualquier momento y que esta reforma pasa por lo presupuestal, ahí es donde los sindicatos tendrán que asumir una posición de clase, de estricta defensa de sus derechos, en vez de esperar a que el gobierno los vea con buena cara y los ayude”, destacó Pablo Franco.
Ante un sindicalismo deslegitimado, hay que construir un nuevo modelo que luche por la defensa de los intereses de los trabajadores, planteó.
Esta modernidad, propuso el abogado laborista, tiene que dar pie para que las asambleas y consultas sindicales, se realicen por medio de las plataformas digitales. Hay mecanismos para votar por medio de aplicaciones como lo podrían hacer los marinos mercantes que se encuentran en diferentes partes del mundo. Hacia allá tiene que ir la democracia sindical, por lo menos la democracia 4.0 que implica el debate, la deliberación y toma de decisiones por medio de éste tipo de mecanismos, finalizó.