Urge equilibrar la relación de poder en la industria maquiladora que detenta solo el patrón: Red de Mujeres Sindicalistas

El estudio de la sindicalista Blanca Velázquez Díaz “Las trabajadoras de la maquila ante el Covid-19: testimonios de su dura realidad” da cuenta de la explotación de las trabajadoras.

Se debe institucionalizar el seguro de desempleo

Información publicada en  https://www.masreformasmejortrabajo.mx/index.php/lyt/item/6163-urge-equilibrar-la-relacion-de-poder-en-la-industria-maquiladora-que-detenta-solo-el-patron-red-de-mujeres-sindicalistas

Brenda Virenka Amaya Arzate y Gabino Jiménez Velasco / MRMT/LyT

Se debe equilibrar la relación de poder en la industria maquiladora porque quien detenta la superioridad es el patrón y una forma de lograrlo es con un Estado que impulse sindicatos realmente democráticos que defiendan los derechos de las personas trabajadoras, ya que es inaudito que en pleno siglo XXI se explote a las personas trabajadores con horarios de más de ocho horas, en condiciones laborales que ponen en peligro sus vidas, además de padecer discriminación, acoso y violencia laboral.

En ello coincidieron Claudia Domínguez Hernández, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y Andrea García, organizadora Senior de UNI-Américas al reflexionar sobre el estudio de la sindicalista Blanca Velázquez Díaz “Las trabajadoras de la Maquila ante el Covid-19: testimonios de su Dura Realidad”.

El poder del dinero (dueños de las empresas maquiladoras) sobre la fuerza del trabajo es desigual y ello es la causa de la situación precaria en la que viven las personas trabajadoras en el país, especialmente en la industria maquiladora, destacó la abogada laboral Claudia Domínguez Hernández.

Consideró que el actual gobierno debe ser más activo para que los trabajadores, desde el piso de producción, conozcan los beneficios de la reforma laboral y que es su derecho a organizarse y formar un sindicato que defienda los derechos de los trabajadores.

Hay una oportunidad histórica para democratizar las organizaciones y cambiar las condiciones de trabajo, para que las empresas asuman su responsabilidad al ser las directamente beneficiadas en la producción por la cual obtienen grandes ganancias para que paguen salarios dignos a las personas trabajadoras.

La también fundadora de la Unidad de Género y Feminismo de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, subrayó que hay una gran necesidad de construir un poder real sindical para afrontar al capital global. Y en este sentido la reforma laboral de 2019 abre una oportunidad grande para la democratización de las organizaciones sindicales y la eliminación de los contratos de protección patronal, planteó la abogada laboral.

Consideró que los avances en materia laboral son insuficientes, “tenemos que seguir presionando como sociedad civil para que las cosas cambien, para que se amplíen y otorguen licencias de paternidad para que se involucren en las labores de cuidado de los hijos y de familiares, labor que se recae en las mujeres trabajadoras y que les está complicado mucho su vida cotidiana pues sus hijos no están en la escuela por el cierre de las mismas debido a la pandemia”.

En su momento, Andrea García, Organizadora Senior de UNI-Américas, sindicato global del sector servicios, consideró que si bien el gobierno ha hecho un esfuerzo por resarcir ese daño histórico al salario mínimo, superando esa antigua política de topes salariales y aunque ha crecido sigue siendo insuficiente.

Sigue siendo muy lejano un ingreso digno para las trabajadoras donde ellas puedan cubrir sus necesidades esenciales: alimentación nutritiva, una vivienda decente, atención médica de calidad, educación para sus hijos, ropa, transporte, servicios básicos, cuidado de niños y personas dependientes, agregó.

Con la pandemia, el  gobierno hizo una recomendación de no despedir ni afectar salarialmente a las personas trabajadoras de maquiladoras, esto abrió una puerta para que los sindicatos que no representan los intereses de las trabajadoras pactaran acuerdos de reducciones salariales de hasta menos del 50 por ciento afectando los ingresos que ya de por si eran raquíticos pues hay salarios de poco más de 500 y 200 pesos a la semana, con los cuales es difícil sobrevivir a los casi tres millones de trabajadores de la industria maquiladora.

En tiempos normales estos sindicatos no trabajaban para sus bases y en tiempos de pandemia por supuesto que tampoco. “Acataron sin ningún reparo las decisiones de las empresas y dejaron desprotegidas y a su suerte a las trabajadoras”.

A consecuencia de la pandemia muchas de las trabajadoras de maquiladoras se quedaron sin empleo desde abril del 2020. Así, los patrones adelgazaron su plantilla laboral, engañándolas que regresarían en mayo, pero esto no sucedió, fueron despedidas y las que fueron recontratadas fue en condiciones indignas, deplorables: contratos más flexibles, reducción del salario, no inscritas al seguro social, sin prestaciones, dijo Blanca Velázquez, autora del estudio: “Las trabajadoras de la maquila ante el Covid-19, testimonios de su dura realidad”.

Lo que más resintieron las trabajadoras fue el salario, menor al salario mínimo, no fueron liquidadas conforme a ley, no obtuvieron aguinaldo, resaltó.

Institucionalizar el Seguro de Desempleo: Blanca Velázquez

Hay una deuda inmensa en cuanto a la creación extraordinaria de programas para las personas que han sido despedidas y debe impulsarse de manera inmediata o institucionalizar un Seguro de desempleo, para resarcir a estas personas que han visto vulnerados sus derechos y que requieren recursos para subsistir y seguir empleándose, señaló en su análisis Blanca Velázquez.

Testimonios

Aguantamos humillaciones, trabajo temporal y disminución de los de por si bajos salarios por la necesidad de trabajo

Un aspecto valioso “Las trabajadoras de la maquila ante el Covid-19, testimonios de su dura realidad” de Blanca Velázquez, son los testimonios de trabajadoras de la maquila, valientes al denunciar la precariedad de sus condiciones laborales, señaló  Andrea García.

Enedina Cruz Sánchez, trabajó para Rintex, actualmente labora en una empresa de tapicería de autos. Ella nos comparte que después de un año encontró trabajo pero sin prestaciones, no es un trabajo estable, es temporal de dos meses y otros dos meses despedida y si la requieren la vuelven a llamar por otros dos meses.

“Ya es tendencia que las fábricas hagan eso para que no tengamos antigüedad, derecho a nada, es deplorable trabajar así, pero la necesidad de tener un trabajo nos hace aceptarlo. Es terrible que te traten mal y no reconozcan tu trabajo, es un gran esfuerzo que se hace para sobrevivir”, relató.

Yo estuve enferma de Covid, en el tiempo que me descansaron en Moda Maya, y sin embargo no tuve ningún apoyo médico ni de otra índole por parte de la empresa, agregó.

Al buscar trabajo no podía mencionar que había tenido Covid; a mi hijo lo corrieron de su trabajo por tener esa enfermedad, nos fue muy difícil; tuve que esconder a mi hijo para que no se enteraran y yo me contagié; Tuvimos cuidado que no lo supieran los vecinos, ni al buscar trabajo, es algo que a la fecha no lo supero, es triste que te rechacen, como si fueras leproso. Ahí empezó mi trauma: mi hijo se enfermó y luego yo, sin decir nada a nadie. Sin trabajo y aislarnos fue lo duro.

En mi nuevo trabajo no lo mencioné por temor a que te rechacen; varios compañeros se han enfermado y los aíslan, como que los hacen a un lado. Debo aceptar esas condiciones sin reclamar un derecho que por ley te corresponde. Escucho, veo y callo.

Habrá otras personas que como yo, informemos a nuestros compañeros de nuestros derechos y que levantemos la voz. Las empresas sabrán que así como los dueños ganan nosotros queremos un salario y prestaciones justas. Quiero tener una pensión para mi vejez.

El trabajo es a destajo, en condiciones insalubres, equipo con pésimas conexiones que pueden ocasionar un incendio

Yaralinda Abarca Enríquez, trabajadora de las maquiladoras Íntima y Rintex, en esta última fue despedida. Considera que es posible cambiar las injustas condiciones laborales si los trabajadores se organizan.

Nos hacen trabajar mucho por cuatro mil pesos al mes.  Hay mucha discriminación, preferencias. El baño está sucio, no tenemos jabón, no tenemos papel. No me gusta estar aquí, por necesidad.

Tengo que aguantar humillaciones y presiones para hacer más rápido mi trabajo. Hago más prendas que otras personas pero a mi no me quieren subir el sueldo porque estoy grande (como de 40 años).

Al respecto, Andrea García, también Organizadora Senior en la Oficina de la UNI Américas, que es un sindicato global del sector servicios, denunció que la industria maquiladora ha establecido pago por pieza o por destajo, en el cual las trabajadoras reciben un complemento salarial a través de bonos de productividad que ganan cuando alcanzan ciertos niveles de producción y cumplen cuotas de eficiencia que generalmente son bastante altas.

Tengo que obedecer, quedarme callada. No puedo sobresalir por la encargada, me quita de la máquina, se enoja.

“No sé si mañana me vayan a despedir, fui al doctor por una infección, voy a presentar una receta de similares, porque no nos dan el IMSS. Las encargadas abusan de su poder. Muchas se quedan calladas no levantan la voz cuando la encargada nos grita muy feo. Cuando uno pueda levantar la voz lo haremos porque son muchas las injusticias y el patrón si quiere nos da permiso y si no quiere no nos lo da”.

Afortunadamente no me he enfermado, tengo a mi marido, trabaja poco pero es una ayuda, mi hija también está trabajando y con eso nos ayudamos, está estudiando. “Tenemos que distribuir bien el sueldito de todos para que nos alcance”.

El patrón a cada rato dice que está difícil la situación y a cada rato compra más máquinas, muchas maquinas.

A su vez, Olga Lidia Catalán, trabajó en Rintex y actualmente en Maquila Tauil, donde hacen playeras y uniformes.

Ella menciona que le pagan poco. “Hay días que nos descansan y no nos los pagan. Con la pandemia se aprovechan, no están contratando, al contrario, están despidiendo”.

Lo que hacen los patrones es una injusticia, nos tienen desde las 8 a las 6 pm con mucho calor. Nos dicen si les parece si no ya saben. La guardería está cerrada y tengo que ver donde dejar a mi pequeña hija.

 

Descargue el texto “Las trabajadoras de la Maquila ante el COVID-19: testimonios de su dura realidad” de la sindicalista Blanca Velázquez Díaz, Friedrich Ebert Stiftung, Noviembre 2020 en el siguiente enlace:

https://library.fes.de/pdf-files/bueros/mexiko/17328.pdf

https://www.facebook.com/plugins/video.php?height=314&href=https%3A%2F%2Fwww.facebook.com%2FFESMEX%2Fvideos%2F869172123645367%2F&show_text=false&width=560

Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *