Por Patricia Carrasco
Sábado 26 de noviembre de 2022
El 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, no se conmemora sólo por la violencia de género, de manera física, psicológica y emocional; también es para visibilizar el tema laboral, para cerrar la brecha salarial, el mayor desempleo e informalidad femenina y por buscar más puesto directivos para las mujeres.
De acuerdo a la STPS, sólo ocho de cada 100 líderes sindicales son mujeres. La desigualdad de salarios con los hombres es del 34% en diversas industrias.
Es grave, ya que al no poder ejercer a cabalidad sus derechos laborales, ha sido un factor, que le ha hecho el camino más fácil a los feminicidas.
En México es de alerta, si se toma en cuenta el acumulado de 792 casos de feminicidio de enero a octubre de 2022. Las cifras más recientes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) exponen 2,136 asesinatos intencionales de mujeres.
Claudia Domínguez en su investigación “Violencia política contra las Mujeres en los sindicatos, un desafío para la democracia en México”, recuerda que la Ley Laboral, en el artículo 132, establece como una de las obligaciones de las empresas implementar “un protocolo para prevenir la discriminación por razones de género y atención de casos de violencia y acoso u hostigamiento sexual. Pero muchas empresas continúan sin cumplir con ese ordenamiento.
El documento “Convenio 190 de la OIT ratificado. Camino hacia la eliminación de la violencia laboral en México”, escrito por la misma autora, con apoyo de la Red de Mujeres Sindicalistas, refiere que el 26.6% de las mujeres laboralmente activas han sido víctimas de violencia laboral; 19.3% han sufrido acoso sexual.
De acuerdo a la OIT, las mujeres al tener menos cuotas de poder en el espacio laboral están más desprotegidas y son más vulnerables a la violencia. Según la Endireh, las que han trabajado alguna vez en su vida, 11% han sido víctimas de violencia emocional, 2% física; 11% sexual, 22% de discriminación.
La especialista considera que la violencia y el acoso impiden que las mujeres accedan al trabajo en igualdad de oportunidades que los hombres y que tengan un ambiente sano y libre que no obstaculice su crecimiento profesional.
En ese tenor. A la fecha, en México ninguna mujer puede ser despedida por estar embarazada, ni ser dada de baja en instituciones de seguridad social. Pero, la negativa de contratación o despido por embarazo es una de las principales quejas que recibe el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. ¡En el 25N se pide un alto a todo tipo de violencia en contra de las mujeres, porque aún falta mucho por hacer, para nosotras!
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Información publicada en: https://www.la-prensa.com.mx/analisis/doble-efecto-violencia-laboral-25n-9243715.html