El Mundo 13 Junio 2022
Hará unas semanas que Elías Santiago llegó a Estados Unidos, la empresa agrícola para la que trabaja en México lo envío por primera vez a sus campos en Florida. En Sinaloa siembra verduras asiáticas para la comunidad china en el país del norte. “Todo debe ir perfecto, se envía lo mejor de la cosecha”, cuenta antes de partir. “Y a veces nos visitan los inspectores del trabajo, por eso no nos dejan tener a nuestros hijos en el campo, pero tampoco les podemos decir lo que nos pasa”.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) prohíbe las importaciones producidas con trabajo infantil forzoso u obligatorio. La administración Joe Biden-Kamala Harris ha puesto especial atención al sector agrícola mexicano, aunque otros, como el automotriz, tengan más peso económico. Las exportaciones agropecuarias a la Unión Americana superaron los 2,074 millones de dólares en abril; las de la manufactura automotriz, 13,255 millones de dólares, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El gobierno estadounidense ha puesto el foco en los campos agrícolas porque “la mayor proporción de trabajo infantil se presenta ahí, y porque es uno de los sectores” con menor verificación de las normas, señala Óscar Castillo, director del programa Campos de Esperanza, una iniciativa de la organización de asistencia World Vision, en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemora el 12 de junio.
Información publicada en: https://www.vozenred.com/2015/notas.php?i=307362